Para todos es muy fácil entrar en un bar y pedir una caña cuando sólo disponen de un grifo de cerveza. El problema radica cuando llegas al paraíso terrenal cerveceril. Vas con tus colegas y la chica o chico al que queréis impresionar. Entras en El Museo de la Cerveza y te enfrentas a la difícil decisión de tener que escoger entre "grifo" o "botella". Sólo para empezar hay 8 grifos diferentes en la barra. Horror, y cada una de un tipo diferente. ¡¡¡¡¡Socorro!!!!! Venga pues "tercio"... Y pides la carta y tienen 150 marcas...¿Pero hay tantas en esa minúscula nevera?, piensas. Un sudor frío invade tu cuerpo. No puedes quedar mal ante tus colegas ya que te ven como un sibarita. Piensas rápido: ¿pido una "verde"? No, no puedo ser tan prosaico y voy a dejarme llevar. ¿Me arriesgo a preguntar qué me recomienda el barman y quedar expuesto a la temida pregunta "qué tipo le gusta más"? Al final acabas pidiendo una marca poco comercial, pero que te suena de algo, mientras asientes frunciendo un poco los labios, reafirmando tu decisión.
Seguro que en algún momento hemos pasado todos por una situación similar, o no, o simplemente te encantaría poder decidirte por una desconocida, pero estando seguro que acertarás en la elección.
Es todo un placer embarcarme en esta nueva aventura. Y digo nueva porque tengo otro blog pero dedicado a la repostería.
Debéis perdonarme porque realmente no soy una gran entendida en esta materia, más bien una gran aficionada al disfrute de esta bebida.
Seguro que os preguntaréis porqué este nombre. Pues muy sencillo: nuestro amigo Luis mide el mundo en cervezas y esto es algo así como que un pantalón cuesta 16 pintas y una cañas y mi coche costó unas 3.400 pintas...bromas aparte, es otra forma de conocer el Mundo y aquí tenemos la excusa perfecta para recorrerlo.
Con este blog pretendo acercar este mundo a gente como yo, y sin más pretensiones que disfrutar de una buena caña o pinta y saber por qué elegimos esa cerveza y no otra.
Esto no va de ser el que más sabe, sino de aprender a elegir bien y sobre todo arriesgar y querer descubrir sabores nuevos.
Quizás los más puristas se echen las manos a la cabeza, pero el mundo es de los que arriesgan.
¿Te embarcas conmigo en este viaje por El Mundo en Cervezas?
Ten a mano siempre el pasaporte, porque nunca sabremos dónde nos llevará este viaje.
¡A vuestra salud!
