martes, 17 de marzo de 2020

Stout

Esta es una de las Ale que más me gusta. Y la marca por antonomasia, la que a todo el mundo le viene a la cabeza es la Guinness.  Tiene mucho sabor, mucho cuerpo. Su color es casi, casi negro. De hecho se la conoce como "cerveza negra". Su sabor, a veces, te recuerda a café o a caramelo. Y lo más característico es esa espumita que se forma en la superficie.
Es una cerveza para los amantes de las emociones fuertes. Está hecha con agua muy dura, eso le confiere su característico sabor, y esa densa espuma en la Guiness de barril es fruto del nitrógeno que se le aplica.

Todas estas curiosidades las pudimos descubrir de primera mano, en  la propia fábrica, ubicada en Dublín.
Sin lugar a dudas, otro maravilloso viaje que todo el mundo debería hacer.
Pero eso os lo enseñaré en otra ocasión



Hoy celebramos San Patricio, el patrón de Irlanda y como no hay cerveza que represente más a Irlanda que una Guiness, hoy os traigo un estupendo estofado con dicha cerveza.

Irish Guiness Stew ( para 4 comensales)

Ingredientes:
- 1 kg de ternera ( me recomendaron "aguja") a trozos regulares
- 4 rebanadas de panceta
- 1 cebolla grande
- 2 o 3 dientes de ajo
- 3 zanahorias medianas
- 2 chirivías
- 2 ramitas de apio
- 1 cda de romero
- 1 cda de tomillo
- sal y pimienta recién molida
- 2 o 3 hojas de laurel
- 2 cdas de tomate concentrado
- 2 ctas de salsa Worcestershire
- 1 Lt de caldo de carne
- 2 o 3 botellas de Guiness original

Elaboración:

Yo siempre hago la mise en place para que sea más sencillo y rápido.
Primero pongo todos los ingredientes que voy a necesitar en la encimera y todos los utensilios que vaya a usar, así que es muy importante leer bien la receta ya que en ella de nombra dichos utensilios. Si es necesario, leerla varias veces.

Picamos la cebolla, la zanahoria, el apio y la chirivía y lo reservamos.



Picamos el ajo y lo reservamos.


Troceamos la panceta en tiras más o menos finas y lo reservamos.


Si nos han troceado la carne en nuestra carnicería, bien, si no, procedemos a hacerlo. Los trozos no han de ser muy pequeños ( porque desaparecerían), ni muy grandes. Los salpimentamos.


Los pasamos por harina, sacudiendo bien para eliminar el exceso y lo reservamos.


Y comenzamos a freír, en una sartén, la panceta. Esto le va a aportar un sabor muy rico, así que debe quedar bien hecha. La ponemos en la cazuela donde vayamos a hacer el guiso. Pero esta cazuela  no  debe ponerse al fuego de momento, solo es para reservar lo que vamos sofriendo.


Sofreímos la ternera por los cuatro lados. Debe quedar doradita pero no demasiado hecho, ya que luego se cocerá. Esto es para darle un sabor más intenso. No poner demasiados trozos juntos, es mejor tardar un poco más, pero hacer las cosas bien. Lo  añadimos a la cazuela.


Sofreímos la cebolla y el ajo. Igual, debe quedar bien dorada, pero no se debe pasar. No queremos que nos amargue el guiso. La añadimos a la cazuela.


Sofreímos el resto de verduras hasta que estén doradas, pero sin que lleguen a estar blandas del todo y las añadimos a la cazuela.


Mientras se sofríe la verdura podéis preparar el caldo de carne. Si tenéis hecho, estupendo, y si no, podéis desleir en agua una  pastilla de concentrado de carne o usar unas tarrinas que son como gelatina, de igual modo. Yo hice esto último. Puse un cazo al fuego con un litro de agua y cuando se deshizo la gelatina lo apagué. Le añadimos el concentrado de tomate al caldo.


Y los integramos bien.


Agregamos el caldo a la cazuela y la ponemos al fuego. Como el caldo estará caliente, va a costar muy poco que rompa a hervir. En ese momento hay que ponerlo al mínimo.

Añadimos el romero.


Añadimos el tomillo.


Añadimos la salsa Worcestershire o  "Perrins", como la llaméis.


Le añadimos la cerveza Guinness. Dos botellas.



Debe quedar bien cubierto, si no hay que añadir un poco más de agua o cerveza. Si aún no ha empezado a hervir lo mantenemos a fuego vivo, si ya ha empezado a hervir, bajamos el fuego al mínimo.
Lo dejamos que cueza unos minutos para que se integren todos los sabores y probamos el caldo. Ahora es el momento de rectificar de sal. Como yo he usado un concentrado de caldo, eso ya lleva sal y no he necesitado añadir.


Durante la cocción, mantenedlo tapado.


Debe cocerse durante unas dos horas y media o tres horas, hasta que el líquido se reduzca y la carne se vuelva bien tierna. Si es necesario, cocedlo más, y si fuera necesario, añadid más agua o cerveza. Y rectificad de sal si fuera necesario. A mí particularmente no me gusta muy salado, pero sí es aconsejable que tenga "el punto".

Muy importante: estad atentos a la cocción y que no se os pegue, como me pasó la primera vez que la hice. Por suerte la catástrofe no fue muy grande y pude salvar el guiso, pero puede ser que lo tengáis que tirar porque el sabor a quemado es terrible.

Una vez cambiado de olla. Lo seguimos cociendo, si fuera necesario y si no, esperamos que se atempere y lo guardamos en la nevera.
Yo siempre lo hago la noche anterior a ser consumido porque el sabor es mucho más intenso. Creedme, está mil veces mejor.


Llegado el momento de comer, lo calentamos a fuego suave, no queremos que se nos vuelva a quemar y servimos.


Está realmente delicioso. Se aprecian todos los sabores a especias, cerveza....


La carne, si es de buena calidad, queda extremadamente tierna. No necesitaréis cuchillo para trocearla, con la propia cuchara se deshará como mantequilla.


A mi  me gusta acompañar este plato de puré de patata casero y un pan de soda. Típico irlandés, también. La receta de este la podéis encontrar en mi otro blog, el de repostería, que si no lo conocéis, os invito a que le echéis un vistazo. Podéis acceder a él a través de este enlace: www.reginaysusdulces.blogspot.com


Y cómo no, la bebida adecuada para disfrutar de este sensacional estofado irlandés, es una Guinness.


Por favor, hacedla. Está increíble. Conquistaréis a todos los comensales.
Y para amenizar vuestra sobremesa o velada, un poco de música irlandesa.


¡Feliz día de San Patricio a todos pese  a estar pasando por una situación bastante difícil!
Olvidemos por unos momentos el maldito covid-19 y bebamos una Guinness!

Cheers!!!!!!!!

domingo, 16 de febrero de 2020

Pilsen

La Lager, o cerveza de fermentación baja, es una de las más "fáciles" de tomar. Es mucho más ligera que las Ale. Normalmente, cuando pedimos una "caña, siempre suele ser Lager. También se le denomina "rubia", por su aspecto.
Dentro de estas, están las Pilsen o Pils.
Esta variedad se denomina así por la ciudad de Pilsen, en la República Checa. El agua de esa zona es muy blanda y hace que sea una cerveza muy clara. Además está hecha con maltas  de la región checa de Moravia y lúpulo checo, también. Por sus características, esta es una de las cervezas que más gusta. Incluso a los que no les gusta la cerveza ( si, hay gente a la que no le gusta la cerveza. Increíble, ¿verdad? ), esta les gustaría.
Esta cerveza además de "ir con todo", porque igual que te tomas un pincho de tortilla, te puedes tomar unas "bravas" o unas albóndigas, también  la puedes usar en la cocina.  Al tener un sabor tan suave, no encubre otros sabores.
Hoy os propongo un estupendo plato de pescado.

RUSTIDERA DE LUBINA CON CERVEZA
(Para una persona)

Ingredientes:
- 1 lubina de ración
- 1 cebolla no muy grande
- 1 patata mediana
- 1 lata de cerveza Pilsen
- aceite de oliva virgen extra
- sal y pimienta

Elaboración:

Precalentamos el horno a 200°C
Ponemos un buen chorro de aceite de oliva sobre el fondo de nuestra fuente


Cortamos la patata y la cebolla en rodajas y las ponemos en la fuente, echamos un chorrito de aceite por encima y salpimentamos.


Introducimos en el horno y cocinamos hasta que empiecen a dorarse, unos 5 minutos, y vertemos un poco de cerveza sobre las mismas.


Mientras se cocinan estas, preparamos la lubina. Yo le hago unos cortes e introduzco unas rodajitas de limón en ellos.

Pasados 20 minutos lo sacamos del horno y colocamos, con sumo cuidado, la lubina encima de las patatas y cebolla.



Salpimentamos y echamos un chorrito de aceite y añadimos el resto de la cerveza.



Cocinamos unos 15 minutos o hasta que esté a vuestro gusto.


Es un plato muy rápido y ligero.


El limón le da un toque muy fresco y el saborcillo de la cerveza es muy agradable.


Puedes hacerlo para más  comensales. Simplemente tienes que doblar cantidades.


Espero que os haya gustado.

¡Salud!


Y esta semana, cómo no, os dejo el tercer capítulo de Mis Tonterías de la Evolución




lunes, 3 de febrero de 2020

Irish Red Ale

Dentro del tipo Ale, de las cervezas de fermentación alta, hay diferentes variedades o subtipos. La que veremos hoy es la Irish Red Ale.
Esta se caracteriza, como su nombre indica, por la procedencia y su tono. Se trata de una cerveza irlandesa, que posee un todo rojizo debido al tostado de la cebada y la malta. Su graduación alcohólica no suele ser muy alta, pues ronda  los 3,5º o 4,5º, aunque esto depende del productor, claro está.  Tampoco suele ser muy amarga, más bien suele tener un ligero toque a caramelo y a malta. La irish red Ale por antonomasia es la Smithwick's.
Esta cerveza recibe el nombre de su creador: John Smithwick, quien en 1710 elaboró sus primeras cervezas. Ganó algún que otro galardón y con el transcurso de los años fueron expandiéndose al adquirir otra fábrica, eliminando competencia, al mismo tiempo. Fue en 1930 cuando se empezó a comercializar la Smithwick's N°1, que es la variedad que hoy nos atañe. Ya en 1965 fue adquirida por Guiness, hasta la actualidad.

Si en algún momento de vuestra vida os liais la manta a la cabeza y os vais de viaje a Irlanda, y pensáis  ir a Kilkenny, tenéis la "obligación" de ir a la fábrica de cerveza Smithwick's.   Nosotros lo hicimos y no pudimos quedar más satisfechos.
En nuestro viaje de rutas improvisadas-programadas, la visita a la fábrica de Smithwick´s fue algo que surgió sobre la marcha. Lo cierto es que no lo recuerdo muy bien pero  creo que fue una recomendación del recepcionista del hotel, o nos la encontramos de paso...fuera lo que fuese, lo disfrutamos como niños y es cien por cien recomendable.
Es toda una experiencia: te meten en la propia fábrica y te enseñan todos y cada uno de los procesos que sufre la cerveza, desde el malteado del grano hasta llegar a tu vaso.


Sacas tu entrada y haces un tour guiado por un personal super majo, además de una audio guía, si prefieres hacerlo en tu idioma y...a elaborar cerveza sea dicho (me vais a perdonar, pero la calidad de las fotos no es la mejor...sin flash y pendiente de las explicaciones, el resultado fue espantoso, pero aún así, he querido compartirlo).

Lo mejor de esta visita fue que, además de las explicaciones, nos hicieron partícipes del proceso. Nos dejaron manipular las máquinas y hacer cualquier tipo de pregunta. Fue muy ameno.



Se pueden apreciar todos los aromas que desprende la malta


Aquí se produce la molienda




Esto borroso creo recordar que asemejaba la planta  del lúpulo...




En este depósito se produce la fermentación



Aquí se produce el filtrado


Tras la ardua tarea de elaborar la cerveza queda la "peor" parte: la cata (entra dentro del precio de la entrada)



Como veis, la Red Ale o Irish Red Ale, tiene un precioso color rojizo.


Como dije anteriormente, es muy recomendable esta visita. Te explican perfectamente todo el proceso de elaboración y múltiples curiosidades sobre la marca.
Posteriormente, si te ha encantado, como nos pasó a nosotros, pasas por la tienda, estratégicamente situada a la salida de la visita, y puedes comprar litros y litros no sólo de esta, también las otras variedades que fabrica esta marca. Eso si, cuidado no os paséis con el peso, no sea que tengáis que comprar otra maleta y facturarla por exceso de peso....como nos pasó en Escocia con el Whisky (pero eso es otra historia).




Y después del subidón de adrenalina... a comer.
Descubrimos un pub estupendo donde pudimos seguir disfrutando de nuestro descubrimiento cervecil y una deliciosa comida







Esta comida requería una siesta posterior, pero estás de viaje, estás en Kilkenny sólo un día y ¿vas a desperdiciar unas horas durmiendo? A turistear sea dicho.

Debéis visitar el castillo. Sólo os voy a poner un par de fotos, ya que no quisiera estropearos vuestro futuro viaje con spoilers.







Debéis visitar sus iglesias. Una en concreto me emocionó particularmente: la Iglesia Negra. El silencio absoluto del interior te hacía contener la respiración.








Debéis pasear por la orilla de su río







y como no puede ser de otra forma...acabar el día en otro pub disfrutando de otra deliciosa cerveza irlandesa y escuchando, en vivo, un grupo






No se le puede pedir más a este viaje.
Poder disfrutar de algo así con tus seres queridos no tiene igual. Ya sea tu pareja,  hermanos, amigos, o solo.
Viajar es maravilloso y nosotros tenemos un largo camino por recorrer.

Cheers!!!!!!!!!!


Y hoy la segunda entrega de la tira cómica Mis Tonterías de la evolución






Stout

Esta es una de las Ale que más me gusta. Y la marca por antonomasia, la que a todo el mundo le viene a la cabeza es la Guinness.  Tiene much...