Hasta hace relativamente poco nunca me había parado a pensar por qué me gusta más una cerveza que otra. Sólo sabía si me gustaba más, menos o nada.
Cuando vas a un bar, normalmente vas por las tapas: Fulanito me ha recomendado Tal sitio porque tienen las mejores patatas bravas de la provincia. Llegas, y cuando ves el grifo de cerveza, se encienden todas las alarmas y se te cae el alma a los pies. Sólo tienen un grifo y es justo la que no te gusta... La comida es importante, pero una cerveza que no te guste puede hacerte decidir si ir, o no, al sitio en cuestión. Y todos tenemos en mente alguna marca, en este momento.
Hasta aquí todo bien, por lo menos sabemos lo que nos gusta y lo que no.
Pero, ¿Quieres saber por qué no te gusta?
Como dije anteriormente, los tipos de lúpulo, por ejemplo, afectan al sabor, aportan el amargor; el agua, más o menos dura, también puede afectar y mucho, pero la principal diferencia entre cervezas es el tipo de fermentación.
Básicamente hay dos grandes tipos, y seguro que os suenan de haberlos leído u oído: Ale y Lager.
Cervezas tipo ALE
La fermentación en esta se produce en la parte alta del tanque y es por el tipo de levadura que actúa. Normalmente se producía a temperatura ambiente y bastante elevada (entre 18 y 25°C).
Como dije en otra ocasión, la cerveza surgió en el Neolítico, en Mesopotamia y fue de forma espontánea. Se piensa que se produjo por la fermentación de los cereales tras una inundación. Con el calor de la zona, la humedad por la inundación y las esporas de la levadura que habría en suspensión, en el aire, se obró el milagro.
Este fue el primer tipo de cerveza que existió y la única por mucho tiempo. Si que es cierto que fueron variando la receta y añadiendo plantas para conseguir un sabor menos dulzón, más floral, más amargo. Durante la edad media, la cerveza fue una de las fuentes más seguras de hidratación para la población debido a que, el hervido del agua y el alcohol que contenía, era capaz de matar cualquier bacteria. Además de los nutrientes que aporta.
Una de las características del tipo Ale es el color ambarino que posee. Por el tipo de fermentación, además, el sabor del lúpulo es más intenso, al igual que la graduación alcohólica es más alta, también.
Con el tiempo, y hasta la actualidad, se han ido añadiendo aditivos y controlando los procesos de fermentación, lo que ha producido una gran variedad de Ales.
Cerveza tipo LAGER
La fermentación de esta se produce en la parte baja del tanque, a una temperatura entre 7 y 15°C, y constante. Igualmente se trata también de una levadura la causante de dicha fermentación y sobre todo la forma de almacenamiento.
Este tipo de cerveza surgió hace relativamente poco. A finales del s. XV, principios del XVI, en Baviera. Su nombre procede del lugar donde se guardaba, lagerhaus (almacén en alemán). Esta tiene un color dorado mucho más claro que las Ale y una graduación alcohólica más baja, precisamente por el tipo de fermentación y la conservación a temperatura más baja.
Esta también ha ido evolucionando con el tiempo, obteniendo gran variedad de LAGER, también.
Con este pequeño dibujillo podréis apreciar, a primer golpe de vista, las diferencias fundamentales entre ambas.
Por si aún no os queda muy claro y aún no sabéis por qué os gusta más la cerveza ALE o LAGER, aquí tenéis una tabla con las principales características de ambas.
Como conclusión, si lo que os gusta son los sabores suaves y refrescantes, lo vuestro son las Lager, si por el contrario os gustan los sabores más intensos y con matices, lo vuestro son las Ale, pero no descartéis ninguna todavía, no las tachéis de vuestra lista, porque dentro de cada tipo hay un abanico muy amplio de posibilidades, como iremos descubriendo juntos.
Y de regalo, en Mis Tonterías de la evolución, os voy a presentar a un par de tipejos, la mar de majos, que nos van a acompañar durante nuestro particular viaje.